¿Te Pusiste tu Máscara de Oxígeno?
Resistir la tentación de salvar al otro, antes de salvarse bien a uno mismo.
Como parte de mi aventura épica de 2023, vi dos videos distintos de seguridad pre-vuelo, ya que viajé con dos aerolíneas distintas.
Es una sana estrategia que se les ocurrió a las aerolíneas para distraer a los viajerxs ansiosxs como yo mientras el avión hace taxi, preparándose para salir.
He tenido la suerte de viajar muchas veces en avión, visitando muchos destinos en 8 países, en 3 continentes.
Eso no ha hecho que el momento del despegue sea más fácil. De hecho, aún viendo videos de viajes desde el POV del piloto, me sudan las manos cuando le dan turbo a los motores.
En fin, volviendo a los videos de seguridad, un tema que te repiten hasta el cansancio es la importancia de velar por tu propio bienestar, antes de ayudar a otrx, si se produce alguna emergencia durante el vuelo.
Todos lo hablan, refiriéndose a las máscaras de oxígeno.
Yo lo pienso también, con respecto a otras cosas, y sin tener que estar a 10.000 Kms. del suelo.
El Complejo de Salvadora
Por muchos años, fui víctima del complejo de salvadora. He de reconocerlo con toda la vergüenza del mundo, especialmente porque un sector no menor de mi familia sufrió (y aún sufre de eso).
Dejar la camisa, los pantalones e, incluso, sacrificar la compra de ropa interior propia para remendar el zurcido irremediable del bolsillo ajeno es un patrón tóxico que heredé. Y aunque nunca llegué al extremo del último ítem mencionado, sí he terminado sintiéndome en desventaja, al darle todo a alguien que no lo apreció.
Hay personas a las que les ofreces la uña del dedo meñique y toman hasta el omóplato del otro brazo. Casualmente, suelen ser las mismas que no aparecen cuando necesitaste ayuda, pero sí quieren figurar en la foto de un logro grande por el chisme.
Luego de llevarme muchos trancazos, a costa de mis propios sueños (ya sea por derivación de recursos o por sabotaje de esas mismas personas), finalmente aprendí que los únicos cangrejos que quiero en mi vida son los que sirvan en un buen ceviche.
Optimizando mis Bellotas
Algo interesante que me ha pasado conforme recorro los mediados de los 30s, es que empiezo a perderle la paciencia a todas esas cosas que me hacían sentir en desventaja, como mi complejo de salvadora que me dejó con las tablas en la cabeza. Lo más gracioso es que esto no salió por alguna sesión de terapia o por un libro que haya leído o por el texto de un reel de alguien haciendo un baile bien cringe.
Simplemente brotó de mi un ¡Basta! bien sonoro, y tomé una decisión correcta: la de priorizar solo aquello que apueste por mi bienestar y crecimiento. Igual estoy pendiente de los que quiero, y les apoyo si están en su propio proceso de decir ¡Basta!. Tengo la suerte de que muchxs en mi vida están en esta misma onda desde sus trincheras, es hermoso.
La diferencia es que ya no dejo que ese apoyo me deje con los bolsillos volteados y demasiado agotada para mí.
Por eso, precisamente, es que me he ido retrayendo, siendo muy selectiva con lo que consumo y con las personas que me rodean. Empatizo mucho con los procesos difíciles y ni hablar de los traumas bien brígidos. Si está en mis posibilidades apoyar, lo hago, pero no puedo dar de más. Aprendí. El daño es grande.
Lo Más Sano es Elegirse a Uno Mismo
Quisiera terminar este texto con una especie de final feliz, que ese aprendizaje está consolidado y que nunca más pisaré el peine de salvar a otro antes que a mí. Eso no es tan cierto; el impulso estúpido de tropezar con la misma piedra es muy tentador.
Es una elección consciente que no se vuelve automática de la noche a la mañana.
Es recordar que eligiéndome a mí, estoy más presente para otrxs.
Por lo tanto, debo practicarlo todos los días, sin importar el precio.
El mejor momento para aprender a ponerse la mascarilla de oxígeno era hace 20 años. El segundo mejor momento es hoy.
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